1700 fue el último año de reinado de la casa de Austria en España. La nueva dinastía, los Borbones, y su primer representante, Felipe de Anjou se encontraron con una situación en España que distaba mucho de los ideales propugnados por su abuelo Luís XIV en Francia. España era un conjunto heterogéneo de reinos bastante desvinculados entre sí, que se encontraban en una situación económica si no desastrosa sí atrasada y a cuyo frente se encontraba un gobierno en Madrid sobresaturado de instituciones poco funcionales y ya desfasadas.
Estos breves apuntes tratan pues de valorar si 100 años después el pretendido “reformismo borbónico” y la influencia del movimiento ilustrado habían logrado hacer avanzar y evolucionar España.
De afrancesados y otras historias... 